
La ansiedad hace referencia al conjunto de síntomas que se desencadenan ante la presencia de amenaza real o mental. Existen temporadas en las que nuestro estado de alerta es constante y estos síntomas están bastante presentes aunque no seamos del todo conscientes de ello. Cuando nos ponemos en el peor escenario, también estamos generando pensamientos que están mediatizados por la presencia de la creencia en que estaremos preparados para lo que pueda ocurrir. Esta creencia nos permite estar a alerta ante cualquier posible amenaza, pero también estaremos sobreestimando la probabilidad de que dicho escenario tan terrible ocurra, y por tanto, estaremos constantemente preocupados.
Ésta es una estrategia que, en principio, puede servir de mucha ayuda, pero si mi manera habitual durante el día es ponerme constantemente en lo peor, darle vueltas y vueltas a las cosas, convirtiéndose ya en algo automático, intrusivo y por tanto fuera de nuestro control, tendrá consecuencias como problemas físicos o somáticos (tensión, cansancio, problemas de sueño, etcétera) y emocionales (ansiedad, irritación, tristeza, y mucho más), llegando a resentir tu vida diaria.
El estrés es un proceso de adaptación a las demandas del ambiente. Cuando tenemos que adaptarnos a nuevas demandas experimentamos cambios, reacciones que se dan a nivel físico, cognitivo y conductual. Estos cambios se caracterizan por la activación y puesta en marcha de nuevos recursos para poder dar respuesta a esas demandas del mundo que nos rodea.
Es importante tener en consideración que si este estado de estrés se perpetúa (estrés crónico) llegará un momento en el que nuestro cuerpo y nuestra mente se agoten y comiencen a aparecer problemas y complicaciones que interfieran en nuestra vida diaria (malestar, sensación de inquietud, ansiedad, depresión, desgana, apatía, irritabilidad, disminución del rendimiento, palpitaciones, sudoración, aumento de las frecuencias respiratoria y cardíaca, temblores, cambios de humor), a lo que se le suman los conflictos interpersonales con familia, pareja, amigos, laborales.
En estos casos, aprender a gestionar el estrés y la ansiedad es clave para tu salud mental. La terapia psicológica o psicoterapia Cognitivo-Conductual es una opción muy recomendable. Si buscas psicólogos en Madrid, reserva tu cita de psicoterapia en el teléfono 668 823 484
