
Para poder gestionar nuestras emociones es necesario aprender técnicas que nos van a ayudar como herramientas en nuestro día a día.
El autocontrol está directamente relacionado con la gestión emocional, y hace referencia a los procedimientos de terapia cuyo objetivo es enseñar a la persona estrategias para controlar o modificar su propia conducta a través de diferentes situaciones, con la finalidad de alcanzar metas a largo plazo.
El paciente juega un papel muy importante ya que es el director de su conducta, de modo que será quien la observará, evaluará y modificará. El psicólogo en este caso, es un mero colaborador que ayuda enseñando métodos, la teoría, los principios del cambio de conducta con el propósito de que aprenda a controlar la conducta.
“Hay personas que son incapaces de sobrellevar con paciencia los pequeños contratiempos”
(Bertrand Russell, La conquista de la felicidad)
Las personas que presentan lo que llamamos una ‘montaña rusa de emociones’ que, una vez evaluamos en sesión de psicoterapia, observamos que dichos estados emocionales parece que dependen de factores externos (“esa tarde no se quedó y lo pasé fatal, me puso de los nervios…”; “no supe nada de ella y estuve todo el día mal…”; “me dieron la nota del examen y me amargaron el día, estuve en la cama hasta el día siguiente…”).
Efectivamente, muchos problemas psicopatológicos, parecen relacionados con un excesivo control ambiental de la conducta, y las estrategias de autocontrol ayudan a las personas a vencer este dominio y reemplazarlo por un control interno.
Así, dentro de las estrategias que se tratan para aumentar el autocontrol están:
el establecimiento de objetivos
el aumento de la motivación
el control del castigo y la recompensa internos
El autocontrol pone su énfasis en los objetivos a largo plazo (la demora de la gratificación, la persistencia frente a la adversidad). Incluye técnicas que la persona va a aplicar a través de distintos contextos, lo que supone que los métodos son, en su mayoría, cognitivos: Los individuos adquieren por aprendizaje el programa para cambiar cognitivamente (o mentalmente) y lo aplica para cambiar su conducta manifiesta (cómo actúo).
“Se enfurecen cuando pierden un tren, sufren ataques de rabia si la comida está mal cocinada, se hunden en la desesperación si la chimenea no tira bien y claman venganza contra todo el sistema industrial cuando la ropa tarda en llegar de la lavandería.”
(Bertrand Russell, La conquista de la felicidad).
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